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Son muchos los aspectos que debemos revisar antes de inaugurar nuestra temporada  de piscina: el entorno, la limpieza del agua, los productos necesarios… tantos que a veces se nos puede olvidar algún factor que origine un problema. Pero, no te preocupes, desde Naturezza nos hemos encargado de hacerte una lista con los pasos que debes dar para disfrutar al máximo de este verano. ¡Comencemos!

Preparación del entorno y limpieza de la piscina

El primer paso, (¿cómo no?), va a ser limpiar toda la suciedad que se ha acumulado a lo largo del invierno. Limpiar la cubierta de la piscina, el fondo y las paredes de la misma es fundamental para eliminar los restos de hongos, bacterias y demás suciedad que puedan ser perjudiciales para nuestra salud. Para la cubierta simplemente necesitamos un cepillo, agua con jabón y dejarla secar al sol. Sin embargo, limpiar el fondo y las paredes de la piscina puede ser más complicado. En este caso se requiere de un cepillo de piscina específico para ello y, sobre todo, no añadir químicos perjudiciales que puedan afectar al agua o crear roturas (hay productos específicos que nos pueden ayudar con esto).

Revisión del sistema de depuración

Tras la limpieza comprobamos que la instalación eléctrica (tanto los focos como las conexiones) y el sistema de depuración están en correcto estado. Este proceso no se va a poder realizar con la piscina llena de agua, por lo que es muy importante realizarlo cada vez que la piscina está vacía o con el nivel del agua bajo. Es necesario comprobar su limpieza (si tienen óxido, cal, suciedad, restos…) y su perfecto funcionamiento; y repararlos si es necesario.

Limpieza y preparación del agua

El siguiente paso es la limpieza del agua. Antes de llevar a cabo esta limpieza es recomendable asegurarse de que todo lo que está sumergido en ella (escaleras, skimmers, cestos…) esté limpio también y no sea fuente de suciedad, hongos o bacterias. Después de comprobar esto, pasaremos a limpiar el agua. Primero, atrapamos con un recogehojas los restos que se hayan podido levantar al limpiar el fondo o las paredes. Después, rellenamos la piscina hasta el nivel de agua óptimo, antes de añadir los químicos.
Una vez llena, añadimos el cloro (si viene en polvo actuará más rápidamente). Hay algunos cloros que incluyen alguicidas y floculantes que mantienen el agua libre de hongos y bacterias, pero si usas un cloro que no los tenga, recuerda que tendrás que añadir después estos dos químicos. Tras añadir el cloro, debemos activar la depuradora por varias horas seguidas. Posteriormente, comprobamos los niveles de pH, que deben oscilar entre 7,2 y 7,6. Si se superan estas cifras habrá que usar un reductor de cloro, si no se alcanzan habrá que añadir más cloro y esperar para comprobar de nuevo los niveles.

 

En conclusión, son muchos los aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de prepararnos para el verano: la piscina, el agua, los accesorios, el cloro, el pH…, pero si lo hacemos bien, el resultado final será de lo más grato en estos largos meses de calor. Por ello no olvides seguir nuestros consejos para poner a punto tu piscina, y sobre todo… ¡Disfruta mucho de ella! ¡Hasta la próxima!

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